20 de mayo de 2012

La aventura

Era muy joven y había venido de muy lejos, y la sibila notó tal apremio en su voz y en su mirada que sintió lástima de que se fuese con las manos vacías. Le dijo: "Los dioses no me permiten dar respuesta a tus preguntas, pero te hablaré de la aventura. Éste es mi oráculo:
Granos de trigo en la espiga.
Ésta, su hogar de origen,
no su destino."

10 de mayo de 2012

Libertad

Galopes en la llanura que levantan polvaredas...
Crines al viento...
Libertad...
de quien maneja las riendas.

5 de mayo de 2012

¿Quién enciende la luz?

En los pasillos y servicios comunes de muchos edificios modernos nos encontramos con que no hay que pulsar ningún interruptor para que la luz se encienda, sino que basta con movernos por ese espacio para que las luces se activen en virtud de algún dispositivo automático.
Trascender tus propias limitaciones depende, a menudo, de elecciones similares a las que uno hace en esos lugares. Puedes decir: "No entro porque está oscuro", y quedarte esperando donde estás; pero cualquiera que haya hecho antes el viaje te dirá que es justo al revés: si no entras, las luces no se encenderán.
Recuerda: la luz, al moverte, la enciendes tú.

Fuerza

Imagina un puzle hecho de piezas de madera. Si el encaje entre las piezas es muy estrecho, puede ocurrir que sea conveniente, para meter una pieza en su sitio, dar un golpecito, o a lo mejor un golpe; puede que incluso un fuerte golpe.
El golpe puede ser necesario, pero la condición fundamental, previa a la necesidad del golpe, es que se trate de la pieza adecuada en el hueco adecuado. Sin eso, podrás golpear mucho, pero en el mejor de los casos no obtendrás nada, y en el peor romperás algo.