24 de junio de 2012


La llamada

(Esta misma mañana, al pasar por una aldea, el emperador ha mandado ejecutar a una familia entera y una anciana lo ha presenciado todo en silencio. Ahora es de noche y el emperador duerme, y en un sueño inquieto y oscuro la anciana se le aparece y lo mira fijamente).
EL EMPERADOR. —Voy a revelarte, anciana, por qué al dar órdenes no me tiembla la mano: yo soy alguien que ha sufrido en la niñez persecuciones, torturas y el asesinato de los seres más queridos.
LA ANCIANA. —¿Y eres eso y nada más, o eres eso y algo más?

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